¿Qué es la venganza? ¿Por qué el hombre tiene este
afán infinito de venganza, motivo por el cual inventa las llamas eternas, la Gehenna? ¿Cuándo surge la venganza? ¿De
dónde surge? ¿Por qué surge? Para conocer al hombre debo descender mucho, ¡pues
estoy tan elevado!, para conocer al hombre debo descender hasta la cloaca
inmunda en la que habita, a fin de que después de hundirme en la realidad,
después de profundizar en la realidad, pueda, cuando retorne a la luz, extraer
de esa realidad, extraer de ese enterrarme en la realidad, la redención misma
del pecado más abominable del hombre–: el repudio de esta vida, el nihilismo...
Para entender cuándo surge esa hostilidad, para
entender cómo surge, de qué surge, es menester, en primera instancia, hallar el
estado patológico más grave del hombre, el más propicio que sirva como caldo de
cultivo para la enfermedad más nauseabunda del hombre. Debo estudiar, analizar,
comprender la época del hombre en la que sufre más, la época del hombre en que
es el sufrimiento mismo, en que se presenta la quinta esencia del sufrimiento,
del displacer, una época de displacer continuo que es llamada pubertad. ¡Aunque
hay que aclarar que todo hombre es un adolescente latente! ¡Hay que aclarar que
todos los hombres adolecen de esa enfermedad de la juventud que es el afán
infinito de libertad!
¿Por qué sufre tanto el joven? ¿De dónde sufre tanto
el joven? ¿Por qué ha dejado la infancia feliz para recalar en esa mar
turbulenta y fétida que es la pubertad? ¿Qué ocasiona el sufrimiento de la
pubertad?... Si el Paraíso es la infancia, es decir, una metáfora de la
infancia, la pregunta es cuándo se pierde el paraíso, y por qué. ¿Cuándo se
pierde el Paraíso? ¿Por qué se pierde el Paraíso? El Paraíso terrenal se pierde en la pubertad, porque
el adolescente empieza a vislumbrar a la muerte, porque el adolescente empieza
a adquirir conciencia de la muerte.
¿Por qué pierden Adán y Eva
el Paraíso? Porque desobedecen a Dios, porque se rebelan contra Dios. ¿Y no es
la desobediencia, no es la rebeldía una de las señas de identidad de la pubertad?
¿Y por qué se rebelan los adolescentes, no contra Dios, sino contra sus padres?
¿Por qué los adolescentes desobedecen a los padres, por qué los odian? ¿Por qué
quieren mandar sobre los padres, como esos otros adolescentes perpetuos, los
demócratas, quieren gobernar sobre los gobernantes? ¿Por qué el adolescente se
siente asfixiado por sus padres, como algunos demócratas se sienten asfixiados
por los gobernantes? ¡Cuando en realidad son los demócratas los que asfixian a
los gobernantes!
¿Por qué los adolescentes
tienen ese afán infinito de libertad, como los demócratas, como Segismundo, el
protagonista de La vida es sueño? ¿Se
ha entendido esta obra de Calderón de la Barca, que tanto fascinaba a
Schopenhauer, pues resumía su nihilismo todo? ¿Se ha entendido por qué
Segismundo desea la libertad, desea liberarse de la cárcel en la que lo ha
apresado–: su padre? ¿Acaso porque
Segismundo odia haber nacido? ¿Acaso porque Segismundo cree que nacer es un
delito? ¿Acaso nacer es un delito? ¿Para quien odia haber nacido, para quien
cree que nacer es un delito, no sería la vida misma la peor de las cárceles, la
más terrible, pues está condenado a morir? ¿No es el padre quien encierra a
Segismundo en esa “cárcel” llamada vida? ¿Por qué desea la libertad Segismundo?
¿De qué desea liberarse Segismundo? ¿De la vida misma? ¿La única libertad que
saciará a Segismundo, que odia haber nacido, sería acaso–: la muerte?
Los jóvenes quieren liberarse del padre, pues saben
que el padre fue el tirano déspota que los condenó a muerte. El adolescente desea
liberarse del padre, pues este fue el verdugo implacable que decretó su muerte.
En definitiva, el adolescente quiere liberarse del padre, porque lo odia,
porque detesta su propia vida, y la
vida le fue concedida sin voz ni
voto. El padre obligó al hijo a nacer, y nacer es empezar a morir. La
procreación es absolutista, la procreación es tiránica, la procreación es un
abuso de poder de los padres, y los adolescentes odian haber nacido... Esta es
la razón por la cual los jóvenes tienen ansias infinitas de libertad, como
también esos otros adolescentes sempiternos–: los demócratas...
Para decirle sí a
la vida–: hay que decirle no a la
Democracia…
AFORISMOS DE EL EVANGELIO SEGÚN ZARATUSTRA