¿Se ha entendido la tragedia Hamlet? ¿Se ha querido
entender dónde está la tragedia de Hamlet, de dónde surge, por qué surge? ¿Se
ha entendido de qué se queja Hamlet? Como bien sabemos, Hamlet se queja de la
herencia de la carne, de los ultrajes, de las injurias de los opresores, de las
congojas del amor desairado, de las tardanzas de la justicia; Hamlet reputa a
la vida de torbellino turbulento en el que hay que soportar duras cargas,
afanarse para nada, gemir, sudar, llorar. ¡Bien! ¿Algo más de qué quejarse,
señor Hamlet? ¿Algo más, señor Nihilista?
¿Qué significa la frase “ser o no ser”? ¿Qué es lo que
acongoja a Hamlet? La muerte, la eternidad que hay después de la muerte y de la
que no podemos saber cómo es. La tragedia de Hamlet es que precisamente es el
miedo a la muerte lo que nos impulsa a soportar todas las tribulaciones de esta
vida, todas las aflicciones, todos los golpes, todas las vicisitudes, todos los
reveses de la insultante fortuna. La tragedia de Hamlet es que este mundo es un
“piélago de calamidades” que sobrellevamos por el temor al abismo funesto. Pero
Hamlet estaba equivocado. Hamlet no se da cuenta de que este mundo es un “piélago
de calamidades”, porque tiene miedo a la muerte. ¡Hamlet es como un gato
salvaje y alocado que se persigue su propia cola!
Según Hamlet, el hombre no abandona este mundo, el
hombre se aferra a su diminuta barca que naufraga en medio de un piélago de
calamidades, por temor a la muerte. ¡Oh, qué “filosofía” tan digna de
gatos salvajes y de ratones subterráneos!
Aquí se requiere contemplar
a este mundo, a esta vida, desde la altura de un dios contemplativo, con la
mirada valiente y altiva de un águila. ¿Por qué quiere suicidarse Hamlet? ¿Por
qué quiere abandonar este “piélago de calamidades”? ¿De dónde surge este deseo
de Hamlet de abandonar este “piélago de calamidades”? Pero la pregunta más
importante es: ¿por qué para Hamlet este mundo es un “piélago de calamidades”?
Justo por el temor a la muerte, Hamlet se queja de este mundo, se queja de que
no puede abandonar este “piélago de calamidades”, porque tiene miedo a la
muerte.
La pregunta pertinente para Hamlet sería: ¿si no
tuvieras miedo a la Parca, abandonarías este mundo, este “piélago de
calamidades”, te suicidarías? A buen seguro Hamlet contestaría que sí, que si
no tuviera tanto miedo de morirse, si no tuviera tanto miedo a lo desconocido,
se suicidaría, se escaparía de este “piélago de calamidades”. ¡Gato estólido, nunca alcanzarás tu cola
aunque la persigas toda la eternidad! Si Hamlet no tuviera miedo a la muerte,
este horror intelectual a lo
desconocido, este pánico a la incertidumbre,
no querría abandonar este mundo, porque este mundo ya no sería un “piélago de
calamidades”, sino el Jardín del Edén. Este mundo es un “valle de lágrimas”, de
gemidos, de lamentos, de llorar y de rechinar los dientes para los que tienen
miedo de morirse, para los que quieren conservar esta vida a toda costa, pues
los que quieren conservar esta vida, la pierden... El que tenga oídos
para oír, que oiga...
Dicho con otras palabras: sin el miedo de fallecer,
sin la angustia intelectual a lo desconocido que está más allá de la muerte,
Hamlet no querría huir de este mundo, no querría suicidarse, aun cuando no
tuviera miedo de morirse, porque este mundo ya no sería un “piélago de calamidades”,
sino el Jardín de las Delicias. Así pues, la tragedia de Hamlet es producida
por el miedo. ¿Y de dónde surge su temor al abismo fatídico, a lo desconocido,
a la incertidumbre? Él mismo nos lo
dice: de la conciencia. La solución de la tragedia de Hamlet no es el suicidio,
sino la aniquilación absoluta de la conciencia...
AFORISMOS DE EL EVANGELIO SEGÚN ZARATUSTRA